¿Qué debemos aprender con el rechazo de la nueva camiseta de la selección Colombia?
¿Es un blog de notas o una camiseta de futbol?
Twitter: @Marcozz46
Tengo que ser sincero. ¡EL NUEVO JERSEY DE LA SELECCIÓN COLOMBIA ME ENCANTA!
En contra de todos los gustos y opiniones que ahora abundan en las redes sociales, tengo que confesar que comienzo a pensar que tengo un muy mal sentido de la moda, o tal vez uno muy diferente al del «público en general»
Sin importar si me gusta o no la nueva camiseta de la sele (Seguro ni te interesa mi mal gusto), lo importante aquí es hacer un análisis de este caso desde el punto de vista mercadológico.
¿Qué podemos aprender de este fiasco de la marca Adidas?
No entender al consumidor
Si yo fuera el gerente que aprobara o no el lanzamiento de la camiseta, seguramente también hubiese dicho: «Adelante colega, que buen trabajo haz hecho, vamos a vender» y de la misma manera que como ocurrió esta vez, el resultado hubiera sido desastroso.
Es importante que nos preguntemos cómo esta marca alemana con inversiones en marketing enormes puede lanzar un producto sin conocer al consumidor. ¿Cómo es que no se hizo un focus group?
Tal vez por temas de «cero filtraciones hasta el nuevo lanzamiento», las empresas comienzan a entrar en un nivel de ocultamiento que puede ser contraproducente. Yo como colombiano en el exterior (orgullosamente) hice la tarea de hacer mi propia encuesta con algunos mexicanos quienes con un rotundo «sí me gusta mucho» aprobaron este nuevo diseño, pero claro está: ellos son mexicanos, no colombianos.
Justo ahora me encuentro en Cali el mismo día en que el seleccionado se estrena con su nuevo diseño, y escucho los comentarios más usuales en la calle, los cuales se enfocan en decir que el color no es un amarillo que refleje nuestra identidad, y es que ese amarillo resaltado parece que ya es un sentimiento que nos hace sentir colombianos, y aunque en cuestiones de moda este nuevo tono es más «nice», termina por no sentirse, aquí en el pecho justo en la colombianidad.
Lo anterior nos da una gran lección de marketing. No importa que también bien o mal hagas las cosas, es importante vivir la cultura y entender al consumidor, porque este no siempre quiere lo mejor, pero si lo que lo hace SENTIR mejor.